11 de octubre de 2010

Bajo presión (al volante)

Durante años evité la engorrosa tarea de aprender a manejar. Ya a los 12 solía volver caminando porque no obedecía cuando mi hermano me pedía sacar el pie del acelerador, a los 15 rompí la caja de cambios (¿se llama así?) cuando le robé el auto a papá, a los 17 casi mato de un infarto a mi cuñado en un giro tipo picada que me resultó de lo más divertido. Era joven, no sabía lo que hacía. Y hace 11 años que no subo del lado del conductor, he tenido miles de excusas para evitarlo, pero ahora con tantos bártulos y camioneta nueva es ineludible el asunto.

El que enseña.
Con papá el vínculo que nos caracteriza es el de odio-amor-odio y no suelo ni compartir un café con él porque intentará ponerle azúcar, cuando no consumo dulce hace 18 años y eso desencadenará una pelea sin fin ni tregua. O porque expondrá algunos de sus conceptos, según yo necios y se viene la batahola y todo mal, así que evitamos el contacto directo. Claro, mi malhumor es un legado de él. Casualmente me vine a elegir el profesor ideal, mi padre es el hombre con menos paciencia del universo y yo su heredera.
Manejar con papá es como ir por un campo minado, desde que meto la primera hasta que le devuelvo la camioneta es una sucesión de: ¡Poné segunda pelotuda!, ¡dale con la tercera!, ¡¡¿No ves que el motor te lo está pidiendo?!!, ¡¡¡¡¡cómo vas a frenar con el pie izquierdo!!!!!, ¡¡¡¡dejá de tocar la palanca como remissera!!!!, ¡Dejá de reírte!, ¡sacá la cuarta!. Estos negros de mierda, dejalo pasar, si los atropellas hay que pagarlos como nuevos.
Hoy aceptó que para ser mujer lo hago bastante bien, sin embargo la pereza es uno de mis pecados favoritos, quizás me resigne y decida seguir trasladándome con chofer, pero seguro que a la paciencia la gano y lo que me estoy riendo al verlo nervioso a mi padre es de no creer.
Papá me esconde la llave de la camioneta, pero el Toyota Corolla nuevecito de él, con caja automática, me guiña un faro desde el garage, en estos días le robo el auto para que aprenda a no ser mezquino y para que grite un poco más.


2 comentarios:

Mel Blanc dijo...

La calle está terrible para manejar, y los riesgos se multiplican. Diría que mejor no le saques el auto a tu viejo. Besos!

Fernanda. dijo...

... confesá cuánto te pago para dejar este comentario!. Esto es obra de mi padre! jajajajajajajajaja.

Y no, soy muy perezosa para robar el auto cuando un remiss me puede llevar hacia donde yo quiera.

Gracias por la preocupación cuasi paternal.

Beso!