29 de enero de 2009

(lo peor del amor)

Lo peor del amor, cuando termina,
son las habitaciones ventiladas,
el solo de pijamas con sordina,
la adrenalina en camas separadas.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni sueño.

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a galeras los archivos.

Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando, al punto final de los finales,
no le siguen dos puntos suspensivos.
(Sabina)

4 comentarios:

Juanjo Domínguez dijo...

¡Guau! Me gustó cada verso.

Anónimo dijo...

Hola, Fer. Hace unos días subí el mismo poema al blog. Me gusta el final, los puntos suspensivos que son punto final.
Te mando un beso grande.

Martina.

Fernanda. dijo...

Juanjo: Sabina dice lo justo en el momento oportuno. Gusta, siempre gusta.

Martina: Efectivamente pasé a mirar. Yo me quedo con el concepto y claro, los puntos suspensivos, que no son más que el pretexto del punto final.

Fernanda. dijo...
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