Ando con el genio desfallecido y las ganas siguen de vacaciones, el cuerpo destruido y la mente no sé, nunca dijo dónde anda. Aunque es cierto que el genio nunca fue de los más despiertos ni originales, que a las ganas las tengo que empujar, que el cuerpo siempre fue un problema y la mente, bueno, esa a veces le pone onda.
El diario me hastía, el malhumor me persigue, me duelen los pies. El trabajo de la mañana me tiene podrida. Y el doctorado desfallece en algún cajón con hojas en blanco.
Suele enamorarme de cuanta vidriera veo, sin embargo ahora, paso sin siquiera mirarlas. Encerrarme en mi casa pasó a ser el camino seguro desde el diario. Sólo conservo las ganas de fumar.
Los hombres se convirtieron en mi terror, en cuanto se me acerca uno huyo lo más lejos que mis cortas piernas me permiten. Tampoco puedo descansar, dormir sigue siendo incómodo entre tanto insomnio. Ando a los gritos diciendo que estoy aburrida. Aquello que solía fascinarme ahora me hastía. Me traslado por compromiso, los tiempos muertos duran una eternidad. Analizo los hombres que me interesan y la lista se reduce a muy pocos con los que no pretendo hacer el menor esfuerzo.
Miro el teléfono esperando la llamada, pero a nadie le dí mi número.
A las 21,30 corro tan apurada del diario, como si tuviera algo que hacer.
Las novedades del día a día, aquellas que me enfurecen, las que me entristecen, no me provocan el más mínimo sentimiento.
Tengo todo lo que quiero. Todo. Sin embargo, nada me alcanza. Mis amigas me aburren.
Grito que quiero volver a mis aventuras y cuando se me presenta una, tengo miedo. Estoy experimentando ese sentir que en mi vida jamás tuvo cabida. La escala timérica no era más que una teoría para mi.
El dolor de cintura no me deja pensar, el teléfono no suena. Necesito vacaciones, pero volví hace apenas un mes. Necesito mimos, pero los recuerdos no me dejan avanzar.
El 2009 me tiene perdida. Sólo pude planear mis próximas vacaciones, para las que falta un año. Y sin embargo, no puedo organizar lo que haré mañana.
Los placeres banales que tanto me reconfortaban me abandonaron, dando paso a esta cara de culo que se instaló.
No quiero escribir, no puedo dormir, no me sale dejarme ser.
Así ando, diletando. Esperando nada. Esperando todo.
7 comentarios:
"Necesito mimos, pero los recuerdos no me dejan avanzar." Yo estuve ahí… no es difícil salir, solo tendrías que esperar el momento indicado. Me gusta tu blog, volveré…
Nota al marguen: ya se que soy nuevito por acá como para empezar a manguear, pero… estaría copado que quitaras la verificación de la palabra.
Rafa,a todos nos pasa el no poder avanzar, pero soy una gran esperanzada con un toque de realismo. Esto pasará. Estoy segura.
Vos sos nuevo por acá, yo siempre paso por tu blog y lo leo en silencio. En cuanto a la verificación de palabras... es un idioma que no comprendo. Pero pregunto y lo saco ja.
Gracias por venir, pasá de nuevo.
Fer, hay que dar un golpe de timón.
Pará Juanjo, mirá si me caigo a la mierda del barco! jajajaja. Es la calor del Santiago lo que me tira! jajajaja.
Ya pasará.
Che, cuando pase por tuculandia te aviso, viajo todos los meses.
Besos corazón.
Nos seguimos leyendo.
Dale, llamame así nos vemos. Beso.
Avisame a mí también, Fer. Por ahí ando por esos lares (el 14 voy, por ej, unos días antes de partir a Jujuy). Besotes
Dale Lore, te mando un mail así te aviso. Aún no vi cuándo comienzo las clases. Pero tengo un montón de ganas de verlos.
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