14 de febrero de 2010

Los nuevos conocidos suelen obnubilarse ante la vida de X. Comentan que es inquieta, inteligente, y los ojos (antes extraños) brillan asombrados y ante todo atentos por descubrir cómo X puede realizar tantas y tan disímiles actividades en 24 horas.

Las conversaciones suelen ser abarcadas por la voz gigante de X, y siente habitar el plexo solar mientras observa esos ojos brillando ante una vida propia vacía frente a la suya, una X tan poblada de planes, esperanzas y excelentes realidades.

Sin embargo, en el minuto cuarenta aproximadamente esos ojos volverán a ser vacíos, lejanos. Ya no estarán maravillados por X, es el minuto en el que la historia parece cerrarles y X no es maravillosa.

Luego de la media hora llega la pregunta lapidaria: ¿Tenés novio?, y no, X se saltó esa parte de la exigencia social. Todo se cae, ahora importa nada.

A X no suele molestarle que esos ojos se abstraigan hasta ser extraños nuevamente, pero en ocasiones, también su vista se aleja y no le importa demasiado amar su trabajo, su fortuna ante la realización de sus planes y sus proyecciones le parecen vacías. A veces, X, sólo quisiera cumplir con el pedido social. No para contentar retinas ajenas, sino simplemente, para que los que brillen sean sus ojos.

Canción de Domingo XV

Crímenes perfectos


¿Sentiste alguna vez
lo que es, tener,
el corazón roto?.
¿Sentiste a los asuntos pendientes volver, hasta volverte muy loco?.

[Estribillo]
Si resulta que si, si podrás entender lo que me pasa a mi esta noche, ella no va a volver y la pena me empieza a crecer adentro, la moneda cayó por el lado de la soledad y el dolor...

Todo lo que termina, termina mal, poco a poco.
Y si no termina, se contamina más, y eso se cubre de polvo.


Me parece que soy de la quinta que vio el Mundial 78, me toco crecer viendo a mi alrededor paranoia y dolor, la moneda cayó por el lado de la soledad, otra vez...

No me lastimes con tus crimenes perfectos, mientras la gente indiferente se da cuenta.
De vez en cuando, solamente, sale afuera la peor manera.


Si resulta que si, si podrás entender lo que me pasa a mi esta noche, ella no va a volver y la pena me empieza a crecer adentro, la moneda cayó por el lado de la soledad y el dolor, la moneda cayó por el lado de la soledad otra vez, la moneda cayó por el lado de la soledad.



Andrés Calamaro.