23 de septiembre de 2010

Soñé que lo perdonaba. Que vivíamos juntos de nuevo.
La escena onírica planteaba un departamento con una puerta de servicio por donde veía salir a hurtadillas a una mujer. Recuerdo que en el sueño corría para verle la cara. Sabía que era con la que me engañaba, todo era muy real, como suelen ser los malos sueños.
Cuando me desperté él estaba parado en la puerta de mi habitación, pero soy un ser ante todo racional y me decía: no es él, es sólo una conjunción de sombras, estás delirando. De manera consciente sabía que los muertos no se andan apareciendo en las puertas. Pese a eso, sentí miedo, aunque no sé por qué.
Por la mañana, cuando la pesadilla pasó repasé esos dos tortuosos años en los que conviví con él, recordé las mentiras, los golpes; recordé cómo se rompía mi tan mentada esperanza, de cómo tocaba a otra en nuestra cama.
Hace más de un año que se mató, situación que lo viví con el sentimiento más primario, el de la supervivencia, era él o era yo. Sin embargo todos los otros malos recuerdos no se van. Y no, no estoy lista para volver a confiar.


19 de septiembre de 2010

Curiosidades


En ocasiones X colabora en el negocio de su padre, esto ocurrió mientras X ejercía de gerente ejecutiva (así la llama su progenitor y es digno de discusión, pero no viene al caso).

Un sujeto, de esos extraños que para X no tienen género, le dice:


Extraño: Sos muy linda, me haces acordar a una amiga.
X: Ah.
Extraño: Qué linda tu boca.
X: Ahhhh.
En ese instante X marchó despacito hacia la cocina y a los lejos escuchó “ni hablar de invitarte a salir no?”.


X sólo pensó en que hace mucho, mucho tiempo que no acepta halagos de extraños, que no mira hombres, que no coquetea y que los sujetos se convirtieron en un terreno desconocido.

14 de septiembre de 2010

Agregados del nuevo perfil.

Hay cambios en mi perfil, prefería seguir siendo “dibujante de sonrisas y aspirante a persona feliz”, pero por requerimientos exógenos tuve que pasar el Cv comprimidísimo. Sin embargo me quedé con ganas de detallar:
-Estudiante de secundaria con 24 amonestaciones, odiada por docentes y querida por sus compañeras. Renegante vitalicia por haber cursado en un colegio privado de señoritas.
- Licenciada en Comunicación Social, carrera elegida por descarte ante una jugosa oferta de mi padre para no dejarme ir a Buenos Aires. Aquella vez fue la primera en que me vendí, cambié lo que realmente quería estudiar (Ciencias Políticas) por universidad privada y departamento para cultivar mi soledad.
- Censurada por la UNSTA, donde no se me dejó seguir enseñando por ser considerada un semilla del socialismo (en serio me dijeron eso).
- Lectora empedernida desde los 4 años, por iniciativa de mi abuela.
- Con dos desaprobados en la libreta universitaria: una por Formación Humanística (me olvidé una de las virtudes del catolicismo), otra por computación I (una vergüenza).
- Recursante eterna de Formación Humanística. Era jodida la teoría sobre algo que no se cree.
- Recibida con Economía, materia que odié y abandoné durante años.
- Absolutamente asombrada de las notas adquiridas considerando que el fin de semana comenzaba el miércoles con Jazz en Costumbres Argentinas y se extendía hasta el domingo rezagada de alcoholes en el Aleph.
- Empleada explotada por el diario, donde trabajaba jornadas eternas y pasaba mi almuerzo y mi cena frente a la misma máquina. Se aprovecharon de lo mucho que amaba mi trabajo y a mis compañeros, y yo lo acepté encantada.
- Profesora frustrada, actividad que me apasiona y a la que pienso en algún momento volver. Siempre me quedaban ganas de seguir contándoles lo que sabía.

- Tomé la costumbre de no confesar mi edad porque mis alumnos eran en general mayores que yo.
- Locutora temerosa, aún hoy tiemblo y recuerdo mi primera experiencia frente al micrófono. Lloré como marrana cuando nos conocimos y aún le temo. Aunque digan que tengo un voz desperdiciada, mi perfil bajo es más fuerte.
- Mi actividad favorita en el periodismo televisivo fue la de tiracables, nunca me dediqué a pararme frente a una cámara ni lo haría.
- Mientras estudiaba comunicación comencé y abandoné 3 carreras universitarias. Es que nunca me alcanzaría la existencia para tener todas las vidas que quisiera.
- Mi trabajo favorito fue el de investigadora y recuerdo con grandísima ternura las noches de pijamas y vodka donde iban cayendo las ideas y se las vinculaba con teorías para luego reescribirlas, reinventarlas y darles nombres.

- He corregido tesis de grado, casi todas aburridísimas.
-Modelo (a no seguir y de tallas extrañas). Tuve que subir a pasarelas con tacos interminables y vestidos incómodos. Renuncié cuando entendí que no volvería a soportar que dos personas estén sobre mi cara durante 4 horas para arreglar el maquillaje y el peinado.
Payasa por excelencia. Me he vestido de muñeca (tenía una cartera de corazones con dos paquetes de cigarrillo, era una ternura), angelito, modelo de gráfica hasta he repartido volantes en la calle.
- Los años de estudiante de diseño fueron los mejores de mi vida.

- Amo sacar fotos y hasta tengo un premio en Tucumán por mi serie de "pecados capitales".
- Mis amigos me llaman “coleccionista de títulos”.
- Con 28 años aprendí que no era necesario estudiar tanto, que los trabajos casi nunca se consiguen por capacidades demostradas sino por amiguismos, sin embargo, no reniego ni me arrepiento de haber pasado tantos años entre claustros académicos.
- Pese a todos mis trabajos sigo siendo "mi persona" que tiene como mayor aspiración ser feliz y seguir dibujando sonrisas.