10 de abril de 2010

Quitapesares



El 2010 de a poquito se deja domar. Las piezas muy despacito pretender encajar para dejar en el pasado la incertidumbre y algunos pesares de los primeros meses.

En estos días las sonrisas se dibujaron con una línea delgada, inconstante, pero con ganas de verla en el espejo.

He vuelto a trabajar, a bañarme, peinarme… no, eso no voy a hacer por ahora. Los abrazos ahora contienen, las voces se dejan escuchar. Los recuerdos (de los tristes) se sumaron, aún duelen, pero nuevamente tengo la certeza de que sobreviviré, ya sin esperanzas.

El desorden, el desamor, las mentiras y los fracasos de enero, febrero y marzo se afincaron y volver a ser lo que nunca fui, volver a pretender ser un alguien es una tarea por demás enmarañada, pero ahora, al menos, me sonrío.

Un vino con amigos, un alivio entre tortas de chocolate, el abrazo honesto entre mis muchas preguntas fueron un aliciente para tanta desazón.

Despacito se curarán las heridas.

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