9 de diciembre de 2008

Recuerdito

Alguna vez, una antigua profesora de literatura, a fuerza de amenazas, me despertó la vocación de actriz.
Pese a mi vergüenza absoluta al ridículo, que me frena en los karaoke, los boliches y demás espacios públicos poblados de seres humanos, aquella mujer logró vestirme, maquillarme y hacer que represente un personaje.
La vergüenza fue terrible, huí por los entretelones, pero logré deleitar mis oídos con la música que aquella mujer le sacaba al piano.
En la segunda obra (porque me coimeó durante años) hubo una canción que apenas el coro se arreglaba el moño para recitarla yo lloraba, sin causa aparente, entre los viejos telones, con ruleros y pantuflas.
Siendo una púber no entendía el porqué de la emoción, sólo la disfrutaba. Años después busqué aquella canción y el sentimiento fue el mismo, ya sin el escenario de contexto.
Sigo sin preguntarme porqué me fascina.




Yo quiero ser bombero
El padre asegura será un ingeniero
La madre pretende que sea doctor
Las tías quisieran que fuera banquero
Un hombre de mundo,un gran seductor.
La abuela sugiere que aprenda un oficio
Para que la vida se pueda ganar
En tanto el abuelo augura que el niño
Se pondrá las botas, será militar.
Desde su galaxia el niño no sabe
Que cuando sea grande tendrá que ceder
Pero mientras tanto, el tiene la llave
Del eterno sueño de ser o no ser.
Bombero, bombero, yo quiero ser bombero
Bombero,bombero, porque es mi voluntad Bombero, bombero,yo quiero ser bombero
Que nadie se meta con mi identidad.
El niño es un joven que acepta el legado
Ya le abre sus puertas la universidad
Y al cabo de un tiempo es un gran abogado
Y al cabo de unotro también es papá.
El hijo conjuga futuro y pasado
En las opiniones de lo que será
Los padres y abuelos ya lo han programado
Y rueda la rueda y siempre es igual.
Desde su galaxia el niño ya sabe
Que cuando sea grande tendrá que aprender
A ser como todos y a tirar la llave
Del eterno sueño de ser o no ser.
Bombero, bombero, yo quiero ser bombero
Bombero,bombero, porque es mi voluntad
Bombero, bombero, yo quiero ser bombero
Que nadie se meta con mi identidad.
Al fin de los tiempos el niño es un viejo
Sentado a la sombra de su realidad
Y desde la infancia como en un espejo
Desfilan las cosas que ya no serán
La casa paterna, juguetes y amigos
Y aquel despilfarro de la libertad
Se van poco a poco quedando dormidos
En los largos brazos de la soledad.
El viejo se apaga y vuelve a su mente
El niño soñando con ser o no ser
Cerrando los ojos se va lentamente
Cantando bajito por ultima vez.
Bombero, bombero, yo quiero ser bombero
Bombero, bombero, porque es mi voluntad
Bombero, bombero, yo quiero ser bombero
Que nadie se meta con la identidad.
Alberto Cortez

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué maravilloso poema, Fer. En mi caso, era mi abuela la que quería que me ponga las botas. Beso.