3 de agosto de 2010

Improperios

Capital del infierno, 3 de Agosto de 2010.

A la desconocida y olvidada sujeta del registro civil:

No tienes idea quién soy, no te culpo, a veces suele pasarme que me olvido de mi. Te llama la atención mi esquela, pues debo reconocer que no esperaba jamás hacerlo, ni siquiera recuerdo tu cara ni cómo fue el momento en el que nos conocimos, pasó hace mucho tiempo, quizás 10 años.
No quisiera molestarte, pero resulta que me urge contarte lo que me ocasionaste. Desde ayer que no dejo de pensar en vos y, por supuesto, en tu madre.
Después de los dos párrafos pasados debes seguir sin entenderme. Te cuento: yo soy la que ayer se enojó mucho por no poder realizar un trámite fiscal, ufa, sí, fue un drama. Te debe importar nada lo que te cuento y te preguntarás qué tenés que ver vos, te cuento: cuando yo tenía 16 años vos llenaste los datos de mi DNI, sí, vos sos la que omitió escribir la última palabra del nombre de mi calle. Ya sé que es un embole poner “Bailón y Luis Peralta Luna”, pero bueno, ese es el nombre de mi calle y tu trabajo era colocar mi dirección correctamente y lo hiciste como el orto, prescindiste del fonema “Luna”, quizás pensaste que no era importante o que si hacías correctamente el trabajo se te enfriaría el café. No importa, te perdono.
Como te contaba, yo soy la que después de enojarse fue a corregir tu error al registro civil, que te quejabas de tu lugar de trabajo?, no sabés cuánto te entiendo, es una mugre, compuesta por una caterva de inoperantes que hacen de la burocracia una filosofía. Ahí no pude como una ciudadana común corregir tu cagada. Como te dije, no importa, te perdono.
Hoy fue cuando más me acordé de vos, porque pese a haber dormido cuatro horas para realizar mi trámite en la AFIP tampoco pude hacerlo. Y por tu error perdí 15 minutos llorando en la vereda no sin antes reputiar a esos fucking contadores de escritorio, situación que me avergüenza ya que procuro no violentarme con extraños . Esto también te incumbe a vos, así que no te hagás la boluda y dejá de mirar hacia el costado.
Te cuento: cuando todo parecía ordenarse, pese a tu error, saltó otra falla, tuya por supuesto, porque yo a mi DNI, como a todas mis pertenencias las cuido. Te acordás que aquella mañana en la que yo tenía 16 años y vos me entregaste mi DNI?, na, qué te vas a acordar!. Aquella mañana te dije que mi apellido es Ormaechea, no Ornaechea, vos te reíste de la falla (claro, si era muy gracioso) y con tu espantosa mano corregiste mi apellido y no conforme con eso plastificaste como el orto la foto, mirá, estoy preocupada, porque si te limpiás el culo como hacés los documentos algo huele mal. También me acuerdo que estabas preocupada porque se te hacía tarde para desayunar y pese a que te pregunté, me dijiste que como lo habías arreglado (bueh, eso de arreglar es incorrecto) estaba bien. Lo hiciste para la mismísima mierda.
Hoy después de correr (literalmente) entre la AFIP y el Registro Civil un par de veces me secuestraron el DNI, sí, así como estás leyendo, así que ahora soy una indocumentada que menos que antes puede colaborar con el fisco. Me dijeron que no podía andar por la vida con ese documento hecho por una cavernícola, yo coincidí con ellos, pero no me consoló del todo que reconozcan que sos un inútil, porque, insisto, yo no pude hacer mi trámite, que demás está decir, me urge hacerlo.
Por tu exclusiva responsabilidad hoy también dormiré cuatro horas, porque mañana tengo que ir a ver si alguien me presta su DNI para ponerle mi foto. Mientras tanto, y a diferencia de vos, que aún cuando hace su trabajo como el orto cobra su sueldo todos los meses, yo pierdo mi tiempo y mi trabajo se atrasa por pretender subsanar tu proceder de analfabeta.
Aún te debes preguntar por qué te escribí, lo hice solamente para recordarte que sos una hija de remil puta, inoperante que no pudo hacer bien el simple trabajo de pegar un calco sobre la foto para que hoy no sea un mamarracho. Además quisiera contarte que estoy muy, muy, muy enojada y cuando me enojo me violento y tengo muchas ganas de que seas la primera persona que le pegue hasta cansarme, te prometo que lo voy a hacer, y después de cagarte a patadas voy a hacerte mierda el DNI, ja, aunque si lo hiciste como al mío seguro tampoco te sirve ahora. Por lo pronto sigo acordándome de vos y de la grandísima puta que te parió. En mi rosario de improperios también me acuerdo del infeliz que te creyó capaz de llenar formularios, de mi puta suerte que justo me tocó sentarme en tu box, también estoy enojada por no recordarte. Ahora mismo no puedo prometer que voy a buscarte, porque como te dije, ando muy ocupada intentando subsanar tu grandísima cagada y luchando contra la burocracia para conseguir un papel que diga correctamente mi nombre, mi apellido y la dirección en la que vivo.

Nada más querida desconocida. Te agradezco por arruinarme dos días (mañana se viene otro), por imposibilitarme de realizar trámites vitales (sí, no estoy exagerando) para mi trabajo y mi viaje. Gente como vos hacen que todo se complique y lo peor es que seguro seguís sentada detrás de un escritorio confundiendo N por M y riéndote de la ocurrencia. Prometo cagarte a patadas.



P/D: Sos un pelotuda, pero creo que ya más o menos te lo dije.

2 comentarios:

Mel Blanc dijo...

Es tremendo lo que te pasó, y me fue subiendo la temperatura a medida de que iba leyendo. Estas cosas sacan lo peor de mí, que -te aseguro- no es bueno. Espero que logres agilizar los trámites sin tener que partirle la cabeza a nadie. Besos.

Veronica dijo...

Si te sirve de consuelo, en el siglo XIX esto también pasaba. Remitirse a Max Weber.

Saludos y suerte mañana, esperemos que la estimada desconocida no cumpla con el famoso proverbio: "no hay dos sin tres" (errores)